Hablemos de lo anal...

Doloroso, sucio, sumiso, gay... El sexo anal puede ser todo eso y, también, nada de eso, pero una cosa es segura entre los que buscan, desean y disfrutan de esta práctica: EL PLACER

A estas alturas, la mayoría de nosotros sabemos lo que es el sexo anal, pero para los rezagados que se hayan topado con este post por casualidad, vamos a aclarar las cosas: el sexo anal es un acto sexual que consiste en introducir un objeto estimulante (pensemos en el pene, los dedos o un juguete) en el ano.

Olvidando el prejuicio más infame -el dolor-, el objetivo del sexo anal entre las personas con vagina y las que tienen pene es sencillo: el placer. Ahora bien, no hace falta decirlo, pero los hombres cis que disfrutan de la penetración anal no tienen por qué ser gay o bi. Entonces, ¿qué tal si separamos las prácticas sexuales de las orientaciones sexuales? Al fin y al cabo, tu orientación viene determinada por con quién quieres tener sexo, no por lo que haces en el dormitorio. ¿Quieres saber más? Sigue leyendo...

Guía del sexo anal

Sexo anal: ¿cómo?

Recuerda que antes de realizar cualquier práctica sexual, necesitamos el consentimiento de todos los implicados, sobre todo si se trata de algo que nunca han hecho antes. Pero el sexo anal puede ser placentero, y me refiero a realmente placentero. 

Probarlo por primera vez debe ser SIEMPRE una decisión personal basada en un deseo genuino. Nunca debes sentirte presionado por tu pareja sexual o por el contexto social. Del mismo modo, si no lo haces, debe ser porque realmente no quieres hacerlo (puede que no te guste o que tengas otras preferencias), no por los prejuicios o inhibiciones de otras personas. Si tú y tu pareja o parejas sexuales estáis dispuestos a ello, hazlo.

Siguiendo con el tema, el sexo anal siempre ha tenido un poco de mala reputación. No porque el sexo anal sea malo en sí mismo, sino porque en diferentes contextos socioculturales a lo largo de la historia, ciertos individuos lo han hecho así. Por lo tanto, el sexo anal se ve como un acto reservado a unos pocos elegidos y evitamos hablar de él por miedo a ser etiquetados como algo que no somos. Es esa vieja castaña: preocuparse por lo que piensan los demás.

Entonces, ¿cómo empezamos? La respuesta más segura y sin presiones que podemos darle- —en todos los sentidos- —es: EXPLORARSE A SÍ MISMO. Conocerse a sí mismo es la clave para disfrutar del sexo. Busca un lugar en el que no te molesten ni entren, porque tienes que estar lo más relajada posible. Lo mejor es que te explores con las manos, ya que así tendrás el control total de la situación. Si no estás muy segura, puedes probar con un tapón anal para principiantes o un pequeño dildo que puede ayudarte. Utiliza también algún tipo de gel porque tu trasero no se autolubricará. Querrás algo de larga duración que no estropee el ambiente, para no tener que volver a aplicarlo cada cinco minutos. Slow Sex tiene el gel perfecto para la estimulación anal. Relaja, calma e hidrata... así que supongamos que utilizas el Gel Anal Play para tu primera aventura anal:

Una iniciación para uno: Aplica el gel para juegos anales en tus dedos o en un juguete y frótalo suavemente en el ano. No hay prisa en esta fase; tómate el tiempo que quieras. Cuanto más seguro te sientas, mejor. Aumenta la presión de tu masaje poco a poco. Lo más importante es que disfrutes de la experiencia y que te dejes llevar completamente. Esto puede ser hasta donde llegues la primera vez. Un poco de presión, ni más ni menos. Y como en todo, deja de hacerlo si no lo disfrutas. Si sí te gusta y te sientes bien, eres tú quien debe poner el límite. Lo ideal es que cada vez vayas un poco más lejos, probando el agua poco a poco.

Una iniciación para dos... o más: Si ninguno de los dos (o ninguno) ha probado el sexo anal antes, es justo que todos lo intenten. Siempre y cuando todos estén de acuerdo, por supuesto. Además de fomentar un gran sentimiento de confianza y apoyo, esto elimina ese extraño prejuicio de que a los hombres heterosexuales no les gusta estar en el extremo receptor, en caso de que haya algún hombre heterosexual participando. Dicho esto, aplica el Gel para Juegos Anales en tus dedos, en tu pene o en un juguete de tu elección. [Los únicos juguetes que se pueden utilizar para el sexo anal son los que tienen un STOPPER. Recuerda: sin tapón, no hay penetración]. Si la persona a la que se penetra ya ha hecho un poco de autoexploración, estás en el camino correcto. Pero en cualquier caso, la confianza es fundamental. Si el receptor quiere retroceder o parar, tú paras, sea cual sea el motivo. A pesar de lo que nos enseñe el porno, empezar en "estilo perrito" no es ni mucho menos perfecto porque, entre otras cosas, restringir la vista del receptor no le dará la confianza que necesita para relajarse. Opta por posiciones como el misionero, donde tus genitales se rozarán *guiño*. Masajea suavemente y empieza a aplicar un poco de presión, aumentando gradualmente la intensidad. Como en la iniciación en solitario, el límite lo pone el receptor. Probablemente no llegarás a la meta la primera vez y eso está bien. Puedes ir un poco más allá en cada sesión.

Guía del sexo anal

ATENCIÓN! El ano tiene dos esfínteres. Uno de ellos (el esfínter exterior) es controlado por el receptor, que puede contraerlo y relajarlo a su antojo. El segundo (el esfínter interior) no puede ser controlado conscientemente. Así que no te preocupes si "no encaja"; a veces no está en tus manos. Lo único que puedes hacer es relajarte y dejar que tu cuerpo disfrute.


Anilingus o "rimming" es la estimulación de la zona que rodea el ano con la lengua. Como si el sexo anal no fuera suficiente para hacer que la gente se quede sin aliento, imagina decir ANILINGUS en voz alta. Qué horror! Pero a pesar de lo mal que suena para algunos, debes saber que es una práctica increíblemente placentera que es perfecta tanto para una introducción al juego anal como entre otros actos durante los momentos de pasión desenfrenada.

Entonces, ¿tenemos algún consejo? Mucha saliva (dejarla fluir, dejarla fluir, dejarla fluir), una lengua plana y ancha y, finalmente, cambiarla un poco. No vayas directamente a la... diana. El área alrededor del ano también se siente muy bien! Céntrate en el perineo. Mmmm.


Sexo anal: ¿por qué?

Es fácil: por placer. En el caso de las personas con vulva, la penetración anal estimula el útero (cosa que no ocurre con la penetración vaginal) y, en el caso de las personas con pene, puede estimular la próstata, conocida como punto P, que equivale al punto G en los que tenemos vulva.

También debemos recordar que la penetración anal no sólo produce placer físico, sino también el placer subjetivo de "romper el tabú", explorar, confiar en nuestra pareja o parejas y conocer nuestro cuerpo. Entonces, ¿por qué podrías tener sexo anal? Háznoslo saber en los comentarios de esta entrada:

 

Sexo anal: salud y seguridad

Como en cualquier acto sexual, tu salud es lo primero. La mucosa rectal es un caldo de cultivo para las infecciones víricas y bacterianas, ya que está preparada para absorber cualquier cosa desagradable que se deposite en el recto. Una penetración agresiva puede provocar pequeños cortes y desgarros que amplían esta capacidad de absorción, aumentando nuestra exposición a los agentes infecciosos. El preservativo es un OBLIGATORIO siempre que se tengan relaciones sexuales con una persona de la que se desconoce el estado de las ITS (averígualo haciéndote una prueba) o que tenga varias parejas sexuales. La única excepción es en una relación monógama entre dos personas con los resultados de las pruebas actualizados. Dicho esto, si tienes sexo anal y vaginal en la misma sesión, tendrás que utilizar no uno, sino dos preservativos. El juego anal (con dedos, pene o juguetes) seguido de la penetración vaginal puede provocar infecciones. Así que ten cuidado. Y en cuanto a los juguetes, uno por persona (o utilizar preservativos diferentes para cada uno).


ATENCIÓN La higiene es increíblemente importante durante el sexo, especialmente el anal. Consulta nuestros prácticos consejos a continuación:

  • Limítate a un juguete por persona.
  • Guarda tus juguetes vaginales y anales por separado para evitar confusiones.
  • Limpia los juguetes con un limpiador especial para juguetes y hiérvelos siempre que puedas para eliminar cualquier residuo de bacterias.
  • Utiliza un preservativo distinto para cada uno de los implicados.
  • Utilice preservativos diferentes para la penetración vaginal y anal.
  • Deténgase y acuda a un médico si ve sangre en el que da o en el que recibe. 

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Como puedes ver, el anal es un mundo (w)hole... puede ser asombroso pero está cargado de prejuicios, desinformación y vergüenza. Dejar de lado todas las asociaciones negativas para disfrutarlo se consigue no sólo dando por culo y analizando por qué la gente que lo recibe se avergüenza- —como si la sumisión fuera un crimen o toda penetración constituyera sumisión- —sino también conociendo los cuerpos de los demás, valorando el placer en todas sus formas y dejando atrás las etiquetas para volver a sentir de una vez por todas.

 Guía del sexo anal

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